Las medianas suelen tener mejor sabor que las grandes.
No hay que dejarse llevar por el aspecto de las que están hasta arriba en la canastilla, conviene examinarlas todas. Se deben consumir inmediatamente ya que su conservación no es de más de dos días. Evita las que tienen grandes zonas sin color, porciones granulosas, aspecto apagado, encogidas o blandas. Las mejores deberán tener color rojo intenso, lustre brillante, carne firme y el rabillo verde no marchito
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